Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios.
Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre Crucificada,
Madre Dolorosa,
Madre lacrimosa,
Madre aflicta,
Madre abandonada,
Madre desolada,
Madre despojada de su hijo,
Madre traspasada por la espada,
Madre consumida por el infortunio,
Madre repleta de angustias,
Madre con el corazón clavado a la Cruz,
Madre tristísima,
Fuente de lágrimas,
Auge de sufrimiento,
Espejo de paciencia,
Roca de constancia,
Áncora de confianza,
Refugio de los desamparados,
Escudo de los oprimidos,
Vencedora de los incrédulos,
Consuelo de los miserables,
Remedio de los enfermos,
Fortaleza de los flacos,
Puerto de los náufragos,
Bonanza en las Borrascas,
Recurso de los afligidos,
Terror de los que arman celadas,
Tesoro de los fieles,
Vista de los profetas,
Báculo de los Apóstoles,
Corona de los Mártires,
Luz de los confesores,
Perla de las Vírgenes,
Consolación de las viudas,
Alegría de todos los Santos,
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, oh Virgen Dolorosa,
para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN
Oh Dios, en cuya Pasión fue traspasada de dolor el alma dulcísima de la gloriosa Virgen y Madre María, según la profecía de Simeón; concédenos propicio, que cuantos veneramos sus dolores y hacemos memoria de ellos, consigamos el feliz efecto de tu sagrada Pasión. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.